sábado, 15 de febrero de 2014

Faustino Sarmiento, uno de los intelectuales latinoamericanos más importantes del siglo XIX

por Alejandro 



“Cuando nuestro prófugo había caminado cosa de seis leguas, creyó oír bramar el tigre a lo lejos, y sus fibras se estremecieron. Es el bramido del tigre un gruñido como el del cerdo, pero agrio, prolongado, estridente, y que, sin que haya motivo de temor, causa un sacudimiento involuntario en los nervios, como si la carne se agitara, ella sola, al anuncio de la muerte.”
          Nacido el 15 de febrero en San Juan (Argentina) en 1811, fue un hombre destacado por sus constantes luchas en la educación pública y la contribución al progreso científico y cultural de su país. Se dedicó principalmente a la política, escritura y periodismo, siendo presidente de la Nación Argentina entre 1868 y 1874, Senador Nacional por su provincia entre 1874 y 1879 y Ministro del Interior en 1879. Falleció el día 11 de septiembre de 1888 (Paraguay, Asunción)

        Ingresó a una "Escuela de la Patria", que los gobiernos de la Revolución fundaban. Tramitó una beca para el Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires, aunque no fue concedida. En 1823 trabajó como asistente en la Oficina de Topografía de San Juan.Se dedicó, una vez emigrado, a la cultura. Escribió para periódicos como El Progreso, El Mercurio y El Nacional. Dos años más tarde, dirigió la Escuela Normal de Preceptores y fue impulsor del Romanticismo. Su labor como pedagogo fue reconocida en la Facultad de Chile siendo nombrado miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades.
    
       Entre sus obras destacan: Mi defensa (1843), Vida de Aldao (1845), Argirópolis (1850), Recuerdos de provincia (1850) Autobiografía, Viajes por África, Europa y América (1849), Autobiografía.
      Sarmiento también cumplió un importante papel en la historia de Argentina, en la cual ocupó el cargo de Ministro de Instrucción Pública de la Provincia de Buenos Aires. Cuando llegó el conocido científico Germán Burmeister, Sarmiento le encomendó la labor de incorporar veinte profesores europeos para la enseñanza de Ciencias Exactas y Naturales.
Más tarde, cuando estuvo en EEUU como representarte argentino, logró que el astrónomo Benjamin Apthorp Gould aceptase viajar a argentina para crear un observatorio astronómico. Cuando este señor llegó a Argentina, Sarmiento ya había alcanzado el cargo de Presidente y ya había creado el Observatorio Astronómico de Córdoba.

       Aunque, personalmente, creemos que su verdadera relevancia radica en el apartado de la educación, nos sorprendió su integración en el ejército. Otro dato que nos pareció interesante es que, al llegar a Chile, ejerció muchos trabajos diferentes, pero se dio a conocer con sus artículos publicados en El Mercurio de Valparaíso que le valió para entrar en diferentes círculos intelectuales. Además, en 1845 y 1848 el gobierno chileno lo envió a Europa y Estados Unidos para estudiar distintos proyectos que más tarde podría utilizar en la educación primaria de su país, cosa bastante sorprendente para la fecha en la que se encontraban.
       Una pequeña anécdota ocurrió cuando un tal Alexander Hutton, padre del fútbol en Argentina, le pidió permiso para crear un equipo, a lo que Sarmiento le contestó:
Que aprendan, mi amigo, a las patadas, pero que aprendan.”

       Sarmiento, amado por muchos y odiado por tantos otros (Bautista Alberdi y Andrés Bello, por ejemplo) ha servido en su función de reavivar la educación en países sudamericanos. La labor que ha realizado ha sido innegable y, después de haber pasado su época de esplendor, continuó sirviendo a su país desde distintos cargos hasta su muerte en 1888, en Paraguay. Por ello, podemos considerarlo uno de los intelectuales más importantes en Latinoamérica, al menos, del Siglo XIX.